París: Cosas por hacer

Natasha Edwards

Escritora y editora especializada en viajes

Con sus excelentes casas de piedra y sus perspectivas impresionantes, se puede casi decir que París se trazó pensando en los visitantes, que se construyó simplemente para sentarse en la terraza de un café y admirar el panorama. De la misma forma, con muchas de sus atracciones principales en barriadas cercanas y con el distintivo río Sena en el mismo centro, resulta la ciudad perfecta para explorarse a pie

Lugares de interés y atracciones

Muchos de los lugares más famosos de París’, se encuentran a todo lo largo del río Sena y ello proporciona una idea precisa de cómo funciona la ciudad, dividida entre la Rive Droit (orilla derecha) y la Rive Gauche orilla izquierda y las dos islas en el centro: Isla de la Cité, donde comenzó la ciudad y lugar en que se encuentran la Catedral de Notre-Dame y la Sainte Chapelle, y la Isla de San Luis (île Saint-Louis). Explora lugares

legendarios como la Torre Eiffel, la basílica del Sacré Coeur, cuya blancura corona la colina de Montmartre, la tumba de Napoleón en Les Invalides, o descubre los grandes hombres de Francia que descansan bajo la cúpula del imponente Pantheón. En una ciudad en la que vale la pena observar a su gente, tómate un descanso en las sillas verdes de metal de los Jardines de Luxemburgo o en la bella Place des Vosgues en el barrio de Marais.

Muchos de los lugares más famosos de París’, se encuentran a todo lo largo del río Sena y ello proporciona una idea precisa de cómo funciona la ciudad, dividida entre la Rive Droit (orilla derecha) y la Rive Gauche orilla izquierda y las dos islas en el centro: Isla de la Cité, donde comenzó la ciudad y lugar en que se encuentran la Catedral de Notre-Dame y la Sainte Chapelle, y la Isla de San Luis (île Saint-Louis). Explora lugares legendarios como la Torre Eiffel, la basílica del Sacré Coeur, cuya blancura corona la colina de Montmartre, la tumba de Napoleón en Les Invalides, o descubre los grandes hombres de Francia que descansan bajo la cúpula del imponente Pantheón. En una ciudad en la que vale la pena observar a su gente, tómate un descanso en las sillas verdes de metal de los Jardines de Luxemburgo o en la bella Place des Vosgues en el barrio de Marais.

Arte y cultura

Los tres grandes gigantes: el Louvre en el antiguo palacio real, en el que puedes apreciar desde las antigüedades y el renacimiento italiano, Rubens y Rembrandt hasta las grandes pinturas del siglo XIX; el Museo de Orsay, una antigua estación de trenes de la Belle Époque, que es ahora el hogar de las obras impresionistas; y un icono arquitectónico: el Centro Pompidou, que alberga arte moderno y contemporáneo, el cine y las artes escénicas dentro de su emblemática arquitectura. No dejes de ver las principales exposiciones de arte en el Grand Palais, o el arte contemporáneo experimental en las profundidades de hormigón del Palais de Tokyo, que data de la década de 1930, en la colina de Chaillot, cerca del fascinante Musée del’Homme. Muchos museos se encuentran en hermosas mansiones de cada periodo, desde tesoros medievales

en el Musée National du Moyen Âge hasta los museos de Rodin y Picasso. Entre los lugares menos conocidos están el Musée Bourdelle y el Musée Zadkine, que nos muestran el toque personal de los artistas en sus hogares y estudios, y capturan la edad de oro del artístico Montmartre. Para una noche de ópera o de ballet, resultan imprescindibles el impresionante Palais Garnier y su moderna hermana, la Opéra Bastille, o la nueva Philarmonie en el interior del Parc de la Villette. Disfruta del teatro clásico francés en la Comédie Française, un programa internacional en el Théâtre de l’Odeón, o del teatro popular en Grands Boulevards. En Francia nació el cine y las salas de cine son numerosas, desde los complejos multicinemas, hasta las pequeñas salas de cine de arte con sesiones de “conozca al director”.

Los tres grandes gigantes: el Louvre en el antiguo palacio real, en el que puedes apreciar desde las antigüedades y el renacimiento italiano, Rubens y Rembrandt hasta las grandes pinturas del siglo XIX; el Museo de Orsay, una antigua estación de trenes de la Belle Époque, que es ahora el hogar de las obras impresionistas; y un icono arquitectónico: el Centro Pompidou, que alberga arte moderno y contemporáneo, el cine y las artes escénicas dentro de su emblemática arquitectura. No dejes de ver las principales exposiciones de arte en el Grand Palais, o el arte contemporáneo experimental en las profundidades de hormigón del Palais de Tokyo, que data de la década de 1930, en la colina de Chaillot, cerca del fascinante Musée del’Homme. Muchos museos se encuentran en hermosas mansiones de cada periodo, desde tesoros medievales en el Musée National du Moyen Âge hasta los museos de Rodin y Picasso. Entre los lugares menos conocidos están el Musée Bourdelle y el Musée Zadkine, que nos muestran el toque personal de los artistas en sus hogares y estudios, y capturan la edad de oro del artístico Montmartre. Para una noche de ópera o de ballet, resultan imprescindibles el impresionante Palais Garnier y su moderna hermana, la Opéra Bastille, o la nueva Philarmonie en el interior del Parc de la Villette. Disfruta del teatro clásico francés en la Comédie Française, un programa internacional en el Théâtre de l’Odeón, o del teatro popular en Grands Boulevards. En Francia nació el cine y las salas de cine son numerosas, desde los complejos multicinemas, hasta las pequeñas salas de cine de arte con sesiones de “conozca al director”.

Comidas y bebidas

Comer fuera en París implica una increíble variedad de estilos y maneras. Los establecimientos gastronómicos de categoría de gran estrella Michelin, incluyen a Le Bristol, Four Seasons George V, Alain Ducasse en la Plaza Athénée y Guy Savoy en el Hôtel de la Monnaie. Desde la década de los ´90, el cambio real ha sido el ascenso de la “bistronomie”, que son sitios con precios más accesibles y más informales que abren chefs entrenados en la alta cocina y en los que han modernizado la cocina bistró. Muchos están situados en el distrito once o en el prometedor SoPI (distrito Sur de Pigalle). En París también se puede apreciar actualmente el regreso de la rosticería, asociada con los bistecs, mariscos y largas horas, con los recientes lanzamientos por los

mejores chefs, como el Lazare de Eric Frechon en la Gare Saint-Lazare y el Champeaux de Alain Ducasse bajo el pabellón del renovado Forum des Halles. En la medida en que avanza el día, el clásico café de París se transforma, sirviendo el desayuno junto a los periódicos y croissants, luego el almuerzo, después la hora del aperitivo y, finalmente, tarde por la noche se convierte en un punto para beber; ya sean aquellos considerados como una leyenda literaria histórica como los de las barriadas de Saint-Germain Le Flore y Les Deux Magots o las guaridas más jóvenes del Barrio Latino. Las áreas con animada vida nocturna incluyen Rue Oberkampf, Canal Saint-Martin y Fauborg Saint-Denis, junto a un próspero panorama de cócteles en el Marais y Saint-Germain.

Comer fuera en París implica una increíble variedad de estilos y maneras. Los establecimientos gastronómicos de categoría de gran estrella Michelin, incluyen a Le Bristol, Four Seasons George V, Alain Ducasse en la Plaza Athénée y Guy Savoy en el Hôtel de la Monnaie. Desde la década de los ´90, el cambio real ha sido el ascenso de la “bistronomie”, que son sitios con precios más accesibles y más informales que abren chefs entrenados en la alta cocina y en los que han modernizado la cocina bistró. Muchos están situados en el distrito once o en el prometedor SoPI (distrito Sur de Pigalle). En París también se puede apreciar actualmente el regreso de la rosticería, asociada con los bistecs, mariscos y largas horas, con los recientes lanzamientos por los mejores chefs, como el Lazare de Eric Frechon en la Gare Saint-Lazare y el Champeaux de Alain Ducasse bajo el pabellón del renovado Forum des Halles. En la medida en que avanza el día, el clásico café de París se transforma, sirviendo el desayuno junto a los periódicos y croissants, luego el almuerzo, después la hora del aperitivo y, finalmente, tarde por la noche se convierte en un punto para beber; ya sean aquellos considerados como una leyenda literaria histórica como los de las barriadas de Saint-Germain Le Flore y Les Deux Magots o las guaridas más jóvenes del Barrio Latino. Las áreas con animada vida nocturna incluyen Rue Oberkampf, Canal Saint-Martin y Fauborg Saint-Denis, junto a un próspero panorama de cócteles en el Marais y Saint-Germain.

Compras

París mantiene su lugar como capital de la moda y de las casas de costura (Dior, Chanel, Armani et al.) en la avenida Montaigne (parte del “triángulo dorado,” formado con los Champs-Elysées y la Avenue George V), y las marcas de diseñadores internacionales del Faubourg Saint-Honoré y la Rue Saint-Honoré, donde el concepto original de tienda de Colette continúa siendo el lugar para actualizarse en las últimas tendencias, desde ropa de diseñadores y los entrenadores personales a los artilugios de alta tecnología. Para ropas y accesorios más originales y accesibles, prueba en las calles como

Rue Vieille-du-Temple en el Marais, donde las boutiques de moda se mezclan con las galerías de arte contemporáneo, o Saint-Germain-des-Prés, donde la moda cohabita con los muebles de diseño moderno, las galerías y el arte tribal. Para ir de compras y encontrarlo todo en un mismo lugar, las Galeries Lafayette y Printemps son los destinos eternos por derecho propio, mientras que la vieja tienda departamental en el margen izquierdo Le Bon Marché (que significa verdaderas gangas) resulta muy apreciada, tanto por su zona de comidas Grande Epicierie, como por su ropa y artículos para el hogar.

París mantiene su lugar como capital de la moda y de las casas de costura (Dior, Chanel, Armani et al.) en la avenida Montaigne (parte del “triángulo dorado,” formado con los Champs-Elysées y la Avenue George V), y las marcas de diseñadores internacionales del Faubourg Saint-Honoré y la Rue Saint-Honoré, donde el concepto original de tienda de Colette continúa siendo el lugar para actualizarse en las últimas tendencias, desde ropa de diseñadores y los entrenadores personales a los artilugios de alta tecnología. Para ropas y accesorios más originales y accesibles, prueba en las calles como Rue Vieille-du-Temple en el Marais, donde las boutiques de moda se mezclan con las galerías de arte contemporáneo, o Saint-Germain-des-Prés, donde la moda cohabita con los muebles de diseño moderno, las galerías y el arte tribal. Para ir de compras y encontrarlo todo en un mismo lugar, las Galeries Lafayette y Printemps son los destinos eternos por derecho propio, mientras que la vieja tienda departamental en el margen izquierdo Le Bon Marché (que significa verdaderas gangas) resulta muy apreciada, tanto por su zona de comidas Grande Epicierie, como por su ropa y artículos para el hogar.

Solo en París

Al contar con 80 mercados de alimentos diferentes, ir la mercado todavía constituye una parte esencial del estilo de vida de los parisinos, los cuales se aprovechan de la pasión por la comida de los franceses, especialmente los fines de semana. La mayor parte abren dos o tres mañanas a la semana. Los mercados como el de

Place Mongue, Bastille, Avenue de Suffren y Avenue du Président Wilson ofrecen pescado fresco, carnicerías de alto nivel, puestos de quesos fabulosos y productos de horticultura procedentes de la Isla de Francia y de la cercana Picardía. Los de Barbèa y Aligres son los más famosos sus gangas y bromas amistosas.

Al contar con 80 mercados de alimentos diferentes, ir la mercado todavía constituye una parte esencial del estilo de vida de los parisinos, los cuales se aprovechan de la pasión por la comida de los franceses, especialmente los fines de semana. La mayor parte abren dos o tres mañanas a la semana. Los mercados como el de Place Mongue, Bastille, Avenue de Suffren y Avenue du Président Wilson ofrecen pescado fresco, carnicerías de alto nivel, puestos de quesos fabulosos y productos de horticultura procedentes de la Isla de Francia y de la cercana Picardía. Los de Barbèa y Aligres son los más famosos sus gangas y bromas amistosas.

En una hora...

Para ser un lugar tan intensamente atado a su revolución de 1789, Francia se mantiene orgullosa de su fascinante pasado aristócrata. Toma alrededor de 40 minutos viajar a Versalles en la orilla izquierda por la línea A del tren RER, una caminata de cinco minutos al Château de Versailles, donde la suntuosa Sala de los Espejos y las recámaras reales continúan

personificando la gloria del Rey Sol, Luis XIV. En el exterior, caminar por los jardines ceremoniales, en los que las elaboradas fuentes funcionan al compás de la música en las tardes de verano, y el enorme parque con un lago, campos de ovejas, los palacetes Grand y Petit Trianon y Le Hameau, el falso pueblito rústico de María Antonieta.

Para ser un lugar tan intensamente atado a su revolución de 1789, Francia se mantiene orgullosa de su fascinante pasado aristócrata. Toma alrededor de 40 minutos viajar a Versalles en la orilla izquierda por la línea A del tren RER, una caminata de cinco minutos al Château de Versailles, donde la suntuosa Sala de los Espejos y las recámaras reales continúan personificando la gloria del Rey Sol, Luis XIV. En el exterior, caminar por los jardines ceremoniales, en los que las elaboradas fuentes funcionan al compás de la música en las tardes de verano, y el enorme parque con un lago, campos de ovejas, los palacetes Grand y Petit Trianon y Le Hameau, el falso pueblito rústico de María Antonieta.

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