Aventuras comestibles: viajes gastronómicos para familias

Le Manoir aux Quat’Saisons, el encantador hotel y mundialmente famoso restaurante de Raymond Blanc, a corta distancia de Londres, puede tener dos estrellas Michelin, pero es amigable con los niños, tanto para estancias de una noche como para cursos de cocina diurnos para padres e hijos. Es muy divertido, mi hijo no podía creerlo cuando se le pidió que volteara un tazón con claras de huevo sobre mi cabeza para probar que estaban batidas a la perfección. Hay muchas oportunidades para ensuciarte las manos, desde lanzar masa sobre tus hombros hasta meter la mano, como garra, en un tazón de huevos, para sacar la yema. Hay también muchas oportunidades de degustación. Tú haces tu propio almuerzo, nuestro salmón en una cama de vegetales tuvo tanto éxito que mi quisquilloso hijo declaró que todo el tiempo comería pescado si supiera así. Lo que es más, terminas con un postre realmente espectacular para llevártelo a casa.

Cuando estés en Roma… come “gelato”, no helado. ¿Cuál es la diferencia? “Es como comparar un verdadero puré de papas con uno hecho de polvo”, de acuerdo con nuestra guía, Daniela. Pero, ¿por qué comerlo solamente, si lo puedes hacer? En Punto Gelato, en la Via del Pettinari, nos pusimos gorra y cubiertas para zapatos antes de mirar la máquina de alta tecnología estilo Willy Wonka, que utiliza una fórmula mágica y secreta para calcular las cantidades de los ingredientes, mientras hace “gelato” de fresa. Se utilizan únicamente los ingredientes de la mayor calidad, incluida agua embotellada en lugar de agua de la llave. Luego hicimos el nuestro a mano para comparar los resultados. Todavía mejor fue la sesión de degustación que siguió, la “gelateria” tiene 40 deliciosos sabores, las variedades normales de chocolate y frutas, y algunas poco usuales incluyendo una versión congelada de ensalada de mozzarella y tomate. Hospédate a la orilla de la ciudad en el Rome Cavalieri Waldorf Astoria, que tiene un espectacular almuerzo familiar los domingos.

Es posible que Kyoto sea famoso por sus 1,400 templos y cinco distritos de geishas, pero también es la capital del té verde de Japón. Puede tenerse mucha diversión en una improvisada búsqueda de tesoros de té verde, rastreando y probando Kit Kats de té verde (como un chocolate blanco dulce), helado (agradable) y un latte de té verde (cuestionable). Luego realiza un recorrido por el atmosférico Nishiki Market, con cinco cuadras de todo, desde algas hasta pepinos curados gigantes. Llamada “la cocina de Kyoto”, la primera tienda del mercado abrió aproximadamente en 1310; ahora cuenta con más de 100 tiendas y restaurantes. Si tu paladar ansía sabores occidentales después de eso, el excelente hotel Hyatt Regency tiene un buen restaurante de pizzas.

¿Quién dijo que no pueden llevarse niños a una excursión por un viñedo? No fueron los franceses: varios viñedos en Burdeos tienen excursiones familiares, con concursos, recorridos de aventuras y excursiones en iPod para que aprender sobre los vinos sea divertido. El Château d’Agassac (en la imagen), digno de un cuento de hadas, ubicado en Ludon-Médoc, tiene una búsqueda de tesoros con iPod, pero todavía mejor es la búsqueda de tesoros estilo antiguo en el Château Dauphiné-Rondillon, en Loupiac, que culmina con una degustación de vinos para adultos y un divertido cuaderno de trabajo sobre la vida en un viñedo para niños. En el Château Saint Ahon en Blanquefort, compra productos agrícolas para un picnic en la tienda del viñedo y llévatelos a un recorrido autodirigido por el jardín de Mirabel, nombrado en honor del burro residente, resolviendo un cuestionario mientras caminas. Hospédate en el centro en el elegante Boutique Hotel, que tiene excelentes menús de degustación y una suite familiar.

Es difícil superar a Chiang Mai para una visita familiar, con sus tirolesas, campos de elefantes, y excelentes clases de cocina tailandesa. Nos reunimos con una familia local que nos mostró su jardín de verduras y hierbas, donde escogimos ingredientes que después molimos con nuestros pistilos y morteros, al acompañar a toda la familia en la preparación de una comida. Hay docenas de escuelas de cocina en la ciudad y es fácil encontrar una que sea de tu gusto. Por otro lado, si te estás hospedando en el cercano Four Seasons, hay una escuela de cocina in situ con clases familiares que inician con una excursión al mercado local de alimentos, y terminan con el tallado de verduras, incluyendo un almuerzo que preparas tú mismo.

Lo genial de pescar en la autoproclamada capital de la pesca de Estados Unidos, Islamorada, en los Cayos de la Florida, es que puedes llevar algo de lo que pescaste a un restaurante local y lo cocinarán para tu cena. Una excursión de medio día con el Capitán Rick, que sabe exactamente dónde están los peces, es una excelente actividad para toda la familia. Lamentablemente, el sábalo de 100 libras que capturamos en nuestra excursión, junto con el tiburón nodriza y media docena de robalos, tuvieron todos que ser devueltos a las aguas poco profundas alrededor de los cayos. Sin embargo, conservamos el pargo colorado y la trucha, y los llevamos esa noche al restaurante Shrimp Shack de Islamorada, cerca del hotel Cheeca Lodge, para asarlos y cubrirlos con una deliciosa salsa. Es un preludio estupendo al pay de limón.

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