Para realmente conocer y amar un destino, necesitas verlo a través de los ojos de sus habitantes. Te presentamos breves itinerarios en cuatro destinos que te ayudarán a salir de tu mundo y entrar a otro diferente.
La gigantesca megalópolis que es Los Ángeles puede causarte vértigo; conoce dos vecindarios que ejemplifican mejor la antigua y la nueva ciudad de LA: el centro y Santa Mónica.
Súbete a una BCycle, uno de los programas comunitarios de bicicletas compartidas de Los Ángeles, y dirígete a Boye Heights para desayunar en La Mascota Bakery que, con 65 años de historia, ofrece platillos mexicanos para desayunar como tortas con huevo, café selecto y tamales. Un poco de picante te ayudará a energizar tu día.
De regreso al centro de LA, dedica tu mañana al Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles, uno de los lugares más queridos y eclécticos de la ciudad. No te pierdas la exposición “Convirtiéndose en Los Ángeles” para aprender un poco sobre la historia de LA. También puedes tomar el tren ligero para ir al Centro de Ciencias de California y ver el transbordador espacial Endeavour, ya en desuso, además de fotos de su increíble trayecto a través de la ciudad hasta el museo.
Admira la transformación del área del centro de LA en el Gran Mercado Central, una sala de comida en donde se vende de todo, desde alimentos preparados y cerveza artesanal, hasta productos al mayoreo. Llena tu plato para que tengas energía el resto del día.
Visita la maravilla arquitectónica que es la Sala de Conciertos Walt Disney. Diseñada por Frank Gehry, y sede de la Filarmónica de Los Ángeles, es una de las estructuras más impresionantes del mundo. Si tu tiempo lo permite, vale la pena asistir a un espectáculo ahí.
Camina en el Distrito de la Moda en el centro de la ciudad para recorrer la infinidad de tiendas independientes que sirven como inspiración para los diseñadores internacionales.
Date el gusto de consentirte con un tratamiento de spa en el J.W. Marriott Los Angeles LA Live, uno de los principales hoteles de lujo del centro de LA. Olvídate del ajetreo de una zona de moda en Los Ángeles con el Spa Lounge, es un refugio tranquilo para olvidarte del caos.
Para una cena verdaderamente de altura y al estilo de LA, considera ir al WP24 de Wolfgang Puck. El restaurante en el hotel Ritz-Carlton ofrece vistas de la ciudad desde el piso 24 y un delicioso menú de fusión china que hará que tus amigos se mueran de envidia por tus fotos de Instagram.
Termina la noche con una copa y maravillosas vistas del centro de la ciudad en Perch, un bistró de inspiración francesa en una azotea y un lounge en donde noche a noche se reúnen los famosos.
En tu segundo día en Los Ángeles, deberás disfrutar del lado soleado de la ciudad en Santa Mónica. Inicia la mañana al aire libre en el Urth Caffe para beber un café orgánico, un lugar de tradición que es punto de reunión para celebridades en este vecindario.
Tómate el tiempo para explorar el mercado local de Santa Mónica. Hay mercados orgánicos que ofrecen una magnífica oportunidad de disfrutar de los productos agrícolas de la localidad. Los domingos, visita el mercado de Main Street, en donde los vendedores ofrecen de todo, desde frutas y burritos para el desayuno, hasta hot cakes.
El muelle de Santa Mónica es uno de los más famosos del mundo, y se caracteriza por tener su icónica rueda de la fortuna (foto de arriba). Pasea más allá de Muscle Beach y atrévete a surfear con remo o renta una bicicleta para explorar las ciclovías.
Dirígete a la alocada y bohemia Venice Beach para almorzar a la orilla del mar en Poke-Poke. Ofrece comida tradicional hawaiana basada en sashimi y su comida para llevar es perfecta para un almuerzo sobre la marcha.
Explora Bergamot Station, una antigua estación de trenes que se ha convertido en un complejo dedicado al arte.
Tómate una pinta de cerveza artesanal en Library Alehouse. Este gastropub ofrece 30 tipos de cerveza artesanal y es un clásico en Santa Mónica.
Si todavía no estás satisfecho tras la hora feliz, termina la noche en Bodega Wine Bar, famoso por su larga carta de vinos, sus pizzas y su atmósfera informal.
Barcelona es totalmente cautivadora con edificios que llaman la atención, mercados vibrantes, arte moderno e incluso la playa. Compórtate como un residente y descubre la verdadera Barça.
Levántate temprano y dirígete al vecindario de la Barceloneta para elegir de entre una amplia selección de pastelillos de mantequilla y panes en la famosa panadería local Baluard Barceloneta.
Realiza una excursión a pie por Passeig de Gracia, una de las principales avenidas de la ciudad. Empezando en la parte superior de la colina y bajando hacia el puerto de Barcelona, pasarás por vistas arquitectónicas tales como las obras de Gaudí “La Pedrera” y la Casa Batlló, un edificio modernista y colorido, que muchos consideran una de las obras maestras de Gaudí. Extiende tu caminata hasta el Barrio Gótico al Palau Güell, una mansión que ha abierto sus puertas tras años de renovación.
Camina por el Passeig Maritim, un agradable paseo a la orilla del mar que se extiende desde la Barceloneta hasta el Port Olímpic. Aquí encontrarás muchas de las playas de Barcelona, así como infinidad de corredores y ciclistas.
El Port Olímpic es un lugar magnífico para unos mariscos. La Fonda del Port Olímpic es uno de los restaurantes más famosos. Sus amplias terrazas y sus cómodos asientos son el marco ideal para una deliciosa comida de paellas, pescado fresco y otros platillos favoritos del lugar.
Pasa la tarde conociendo la profunda conexión de Barcelona con el arte. Visita el Museu Europeu d’Art Modern, una verdadera cornucopia que incluye desde esculturas catalanas hasta pinturas contemporáneas.
El Raval, un vecindario recientemente renovado, está a poca distancia del museo en metro. Recorre las boutiques, los mercados, las librerías y las pequeñas galerías de arte en este laberinto de creatividad.
Quienes todavía están de luto por el cierre del “mejor restaurante del mundo”, El Bulli, pueden encontrar consuelo en el restaurante de tapas Tickets, la creación de Albert Adrià. Los platillos no son solamente deliciosos, sino que son una verdadera obra de arte gastronómica. Incluso el clásico español, los churros con chocolate, se ha engalanado para estar acorde con la escenografía.
Empieza tu segundo día con un desayuno clásico español en Auto Rosellon y un café recién preparado por la “Ferrari de las cafeteras”. Prueba el Bikini (la manera de designar un sándwich en Barcelona) con queso mozzarella de búfala, jamón ibérico y trufas.
Ningún viaje a Barcelona está completo sin pasar por La Sagrada Familia para tomarse una o dos “selfies” y admirar el espectacular edificio gótico. Está todavía en construcción, lo que significa que nunca hay dos visitas iguales en esta maravilla arquitectónica mundialmente famosa.
Continúa con el tema artístico visitando BD Barcelona Design, una sala de exhibición y galería que alberga arte premiado, muebles y más obras de artistas españoles e internacionales. Dirígete a la sección de rebajas, en donde puedes encontrar precios hasta con 80 por ciento de descuento.
Toma fuerzas para llegar a la cena probando unos quesos de la Formatgeria La Seu, una pequeña tienda ubicada en el Barrio Gótico conocida por sus quesos españoles.
Sube a un taxi y dirígete a Dos Palillos para cenar. El menú ecléctico fusiona las tapas españolas con la comida asiática en un estilo tan atractivo que le hizo ganar al restaurante su primera estrella Michelin.
Toma un taxi o transporte público a Montjuïc, la colina desde la que se ve toda Barcelona, para admirar una puesta de sol épica y dar por terminado tu día.
La Ciudad de las velas, hermosamente ubicada en el Puerto Waitemata, ofrece la combinación perfecta de vistas de la ciudad y del mar. Explora la parte acuática el primer día, y luego concéntrate en el centro de la ciudad el segundo día.
Auckland es una de las grandes capitales del café en el mundo, así que inicia tu día con un paseo al aire libre hasta el mercado local, Ponsonby Central, para tomar una deliciosa taza de café en uno de los expendios locales.
Nueva Zelanda es un competidor regular de la Copa América de Vela, la competencia internacional de navegación a vela. Experimenta un poco del evento abordando en el puerto la lancha de carreras New Zealand para un recorrido privado o en grupo.
Sigue tu paseo tomando un ferry que te lleva en 45 minutos a Waiheke Island. Aquí encontrarás muchos viñedos panorámicos para beber y cenar al aire libre. Algunos viñedos que debes de tener en cuenta son Mudbrick, Man o’ War y Obsidian, los cuales sirven vinos clásicos de Nueva Zelanda que ameritan escribir en casa sobre ellos, ¡o comprar unas botellas para llevar!
Regresa al puerto desde Waiheke Island y visita el Museo Marítimo, que te transporta por la historia marítima de Nueva Zelanda. Las exhibiciones cubren desde la llegada al país de los primeros inmigrantes, los barcos históricos e incluso una demostración de cómo el océano influye en la identidad cultural moderna.
Cerca de ahí, el vecindario Parnell es una sección lujosa de Auckland famosa por su variedad de restaurantes. Haz una reservación ya sea en Cibo o TriBeCa para una comida de lujo y una atmósfera opulenta. Si prefieres algo más casual, el famoso restaurante, favorito de los residentes, BurgerFuel, es el lugar al que hay que ir.
Inicia la mañana de regreso en Viaduct Harbour para un rápido café y desayuno en el Salt Cafe. Su menú de desayuno, que se sirve todo el día, seguramente te ofrecerá una comida satisfactoria; elige el pan francés con plátano asado y tocino.
Queen Street es el epicentro de las compras, la gastronomía y la vida nocturna de Auckland. Explora las tiendas, y luego sube a la Sky Tower para tener una vista de pájaro de la ciudad. Los atrevidos pueden considerar también saltar en bungee desde una altura de 192 metros.
Cerca de Queen Street encontrarás Elliott Stables, una sección de comida gourmet conocida por su amplia selección de restaurantes, que sirven desde crêpes francesas y salchichas alemanas hasta tapas españolas, sushi y más. Este establecimiento de comida se encuentra en la bodega original de Archibald Clarke & Sons, que se remonta a inicios del siglo XIX.
Si necesitas deshacerte de esas calorías extra, toma un taxi a Auckland Domain, un parque de 75 hectáreas desarrollado alrededor del cono de un volcán extinto. Encontrarás senderos relajantes, áreas boscosas llenas de sombra, estanques para patos y el Wintergarden, un sitio que es patrimonio nacional.
Disfruta tu última noche cenando en The French Café en Eden Terrace, que regularmente se menciona como uno de los mejores restaurantes, tanto de Nueva Zelanda como del mundo.
La ciudad capital de México es donde el glamour moderno se mezcla con la historia antigua. Absorbe tanto arte, cultura, comida y personas como te sea posible con esta primera visita de 48 horas.
Inicia tu día en Polanco, uno de los vecindarios más prósperos, modernos y diversos de la Ciudad de México. Desayuna en Eno, creación del renombrado chef mexicano Enrique Olvera.
Dirígete al Centro Histórico para explorar la arquitectura más impresionante e histórica de la Ciudad de México. Visita el Zócalo (la plaza principal), rodeado de estructuras impresionantes como la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y el Palacio Nacional.
No dejes de ir al Bosque de Chapultepec, uno de los parques más grandes del hemisferio occidental y un oasis verde de la ciudad. Dentro de Chapultepec encontrarás el Castillo de Chapultepec, el Zoológico y el Museo de Antropología. Visita el museo para ver piezas arqueológicas y antropológicas de la herencia precolombina de México.
Desde el Bosque, dirígete al Mercado Roma, en la colonia Roma, un lugar preferido por los amantes de la comida en la Ciudad de México. Subiendo a la azotea hay una cervecería al aire libre, que es muy popular para la “hora feliz”.
Si te sientes energizado después dela comida, considera la opción de comprar boletos para una función de lucha libre. La lucha libre, un espectáculo exclusivo de México, es famosa por sus máscaras coloridas, sus actuaciones teatrales y sus despliegues acrobáticos por los aires.
Regresa a Polanco para cenar en Comedor Jacinta, un restaurante informal conocido por su tradicionales platillos mexicanos de cazuela.
Inicia tu día como un residente en la Fonda Margarita. Si acostumbras a levantarte temprano, el servicio en la Fonda Margarita inicia a las 5:30 a. m. Las fondas son pequeños restaurantes informales conocidos por sus platillos de huevos y cafés condimentados; elige los huevos con frijoles y no te arrepentirás.
Ve hacia el sur, a la delegación de Coyoacán para visitar el Museo Frida Kahlo, también conocido como la Casa azul, antigua casa de la famosa artista mexicana, que es ahora un museo dedicado a su vida.
La comida ambulante de la Ciudad de México es legendaria, y Coyoacán tiene algunos de los mejores puestos que ofrecen los platillos más gustados. Hay muchas opciones en cualquier calle que elijas; o ve al mercado Coyoacán para tener toda una selección de platillos increíblemente deliciosos.
Si no te has cansado de mercados, el siguiente en tu lista deberá ser el mercado de La Merced, un rebuscado laberinto de frutas, verduras, carne, dulces, juguetes y más, al oriente del Centro Histórico. Aquí tampoco faltan todas las opciones de souvenirs.
Regresa a la Colonia Roma para terminar tu día en La Docena para cenar, un restaurante de mar y tierra con un menú apetitoso que tiene además una barra de alimentos crudos.